Masticación

 
              La persona que mastica siempre por el mismo lado esta encerrada en si misma dentro de un esquema de profundo desequilibrio, la masticación unilateral  traduce la decisión inconscienye de potenciar mas un sector de la personalidad, la persona hace trabajar un solo hemisferio de su cerebro, al renunciar a masticar por un lado su visión del mundo  es unilateral el lado escogido muestra con que roles parentales se identifica los esquemas hombre / mujer, ( hombre dominador y mujer sumisa a la izquierda y mujer dominante y hombre sumiso a la derecha ).
          La persona que mastica con la punta de los dientes o que mordisquea , odia tener que presionar a la vida , frantasea mas de lo que hace, pasar a la acción le da miedo un exceso de control la bloquea. En el niño puede causar una supraoclusión al desarrollar excesivamente los incisivos delanteros.
        La persona que mastica lentamente avanza metodicamente paso a paso en la vida.  Prudente, va a lo esencial en la vida sin sobrecargas innecesarias, dedica tiempo a consolidarse en una posición antes de aventurarse a ir mas lejos.
      La persona a la que le gustan los alimentos duros necesita batirse con la vida en sus crencias el mundo no tiene piedad, solo da valor a lo conseguido con esfuerzo ya que para el la facilidad es lo mismo que la flojera o pereza.
El gusto por alimentos crujientes responde a una persona que se comporta despóticamente quebrando la voluntad de los otros , posiblemente ella misma fue destrozada y negada por un padre tiranico.
La persona que muele los alimentos es dominante, voluntariosa y energica. Controladora no deja nada al azar por el contrario la persona que hace una dieta blanda, mezclada y grasosa no ha dejado la etapa materna ya sea por no haver recibido suficiente ternura por parte de ella o quiza falto el padre que la apartara del regazo materno, esta persona tiende a eludir responsabilidades y huir de los obstaculos " buscando el regazo de mama "
 
En cuanto a los dientes, son acumuladores energéticos, condensadores de energía. Los dientes superiores están más cargados de energía celeste y, en cambio, los inferiores lo están más de energía terrestre.
Puede decirse que los dientes mandibulares tienen una carga negativa y los dientes maxilares una carga positiva. Además, cada diente alberga una carga negativa y otra positiva (yin/yang), en proporciones variadas, de tal manera que cada uno de ellos tiene una polaridad distinta de la de los dientes de al lado.
* Los dientes son condensadores de energía, al masticar energetizamos el alimento, pues se produce un salto de electrones de diente a diente. La masticación aumenta el flujo de saliva y la carga energéticamente, permitiendo una óptima digestión y asimilación de los alimentos. La masticación también ayuda a calmar la mente.
Si acercamos los dientes superiores a los inferiores hasta que prácticamente se rocen, podremos comprobar que se produce una especie de tembleque: no se trata sino del salto eléctrico de un diente a otro, es decir, de los electrones que pasan de un maxilar al otro. Una masticación profusa permite que esa corriente eléctrica afecte de manera positiva a los alimentos, cargándolos de energía. Para la digestión del alimento, esa inyección de chi es casi tan importante como el efecto mecánico que la masticación ejerce sobre él.
La energía que los dientes desprenden revitaliza la comida, facilitando su transformación en sustancias nutritivas, útiles y metabolizables por el organismo. Por otra parte, una masticación concienzuda puede insuflar vitalidad incluso a alimentos recolectados hace tiempo, congelados o excesivamente yin. Como vemos, una masticación profusa y tranquila, que garantice una importante secreción salival, es un factor básico a la hora de digerir los alimentos. Con ella, aseguramos que la digestión empiece bien tanto desde el punto de vista mecánico como eléctrico y bioquímico.
De hecho, una buena masticación podría desempeñar un papel alquímico, favorecedor de transmutaciones biológicas demostradas por el profesor Louis Kervran y, por tanto, muy interesante para nutrir a fondo el cuerpo.
Normalmente, la comida debe masticarse entre quince y cincuenta veces, en función de la fuerza digestiva de cada cual. Una persona que goce de un buen estado de salud y que tenga hábitos alimenticios adecuados debería masticarla un mínimo de quince veces.
En cualquier caso, cuanto más mastiquemos los alimentos, más fácil será su digestión y, por tanto, menos energía deberemos invertir en ella.
Por otra parte, está demostrado que una masticación adecuada produce una suerte de masaje del cráneo que ayuda al funcionamiento cerebral. Y no hay que olvidar que una digestión óptima es el mejor tónico de las funciones cerebrales que existe. Asimismo, conviene recordar que cuanto más arriba está un animal en la pirámide evolutiva, más mastica. Las serpientes, por ejemplo, engullen a sus presas. La masticación es un signo de evolución, y cuanto más mastica uno, más consciente es del mundo en que vive, del aquí y el ahora. De hecho, cuanta más atención prestemos a la masticación de los alimentos, más despiertos y perceptivos nos sentiremos después de comer. Es más, para quienes se interesan por el desarrollo de la conciencia, la meditación o el control de la respiración, un paso previo fundamental es el control de la masticación.
Extractos del libro “Nutrición energética y salud” del Dr. Jorge Pérez-Calvo soler.
" El lenguaje de los dientes " de E.W